Anne caminaba
decididamente hacia el despacho del teniente Locke, había tenido
tiempo más que suficiente para saber que quería atrapar a quien
hubiese asesinado a Johannes y acabar de paso la investigación de
este ya que estaba segura que el asesinato había tenido que ver con
el caso en el que estaba involucrado.
La Muerte Silenciosa 5
El señor Lewis había ordenado que
nadie entrase o saliese del hotel sin su permiso, tras tres
muertes en su hotel siendo todas naturales según los equipos
médicos, éste había comenzado a dudar de alguno de sus empleados.
Una muerte o dos podían ser casualidad, pero tres en menos de un mes
ya era muy extraño, además de personas con bastante prestigio
social.
La Muerte Silenciosa 4
El señor Jenkins fue el
primero en llegar al hotel, el señor Lewis estaba esperándole en la
recepción y le acompañó personalmente a su habitación mientras
los botones se encargaban del equipaje.
Tras haber acomodado su
habitación, el señor Jenkis fue guiado por el señor Lewis por el
hotel para ver cómo habían preparado las diferentes salas de uso
común. Todo parecía al agrado del señor Jenkis y ambos se pararon
en el bar a charlar y tomar unas copas mientras llegaban los
empleados invitados a la reunión.
La Muerte Silenciosa 3
El señor Lewis había
estado recibiendo llamadas toda la mañana. Muchas de ellas
referentes a la muerte del señor Lamont. Aunque esta muerte también
había sido declarada como natural por los servicios de emergencia,
el hotel Pilgrim había amanecido con varios huéspedes menos, a
nadie le gusta dormir en el mismo lugar en el que ha muerto alguien.
La Muerte Silenciosa 2
El hotel Pilgrim había vuelto a su
rutina habitual tras la muerte de la señora Ward, la cual había
sido resuelta como muerte natural. El señor Lewis, el actual gerente
del hotel, se había encargado de que el hecho repercutiese lo menos
posible en los medios de comunicación ya que una muerte en su hotel,
aunque hubiese sido por causas naturales, podría perjudicar el
negocio.
La Muerte Silenciosa 1
El hotel Pilgrim había sido cerrado
aquella noche, solo los invitados a la fiesta del 80 cumpleaños de
Mary Ward podían entrar en el lujoso complejo.
Mary Ward había heredado hace unos
años la fortuna y empresas de su marido, el señor Rick Ward, el
cual había hecho fortuna con empresas tecnológicas e inversiones en
otros países. Las empresas Ward eran conocidas mundialmente y su
fortuna una de las mayores del mundo, así que Mary Ward no había
tenido falta de nada desde que el señor Ward había muerto.
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