Johannes no entendía los rodeos del
científico para contarle el descubrimiento. Éste le cogió del
brazo y lo llevó hasta un microscopio.
-Siéntate y observa- le dijo.
Johannes se sentó y miró por la
lente. Lo mismo que le había enseñado la otra vez, los mismos hilos.
Levantó la mirada hacía el científico.
-Es lo mismo que vi la otra vez-
El científico le miró asintiendo.
-Vuelve a mirar- le dijo mientras cogía
una jeringuilla
Johannes al mirar de nuevo, vio como
la jeringuilla introducía algún líquido y los hilos comenzaban
a aumentar su actividad, todos se agruparon y en cuestión de
segundos hicieron desaparecer el líquido que el científico había
inyectado.
Johannes miró al científico.
-Si esto es lo que hace desaparecer los
cuerpos. ¿ es por qué los deja secos?.
-Si ocurriese eso – le respondió el
científico – tendríamos los cuerpos, deshidratados. Lo que he
inyectando en el portaobjetos era una mezcla de líquido
cefalorraquídeo
y unas cuantas neuronas. Creemos que estas cosas se alimentan de
neuronas, pero aun no acabamos de comprender como.
-¿Pero
como puede hacer esto que un cuerpo desaparezca sin más?-
-Aún
estamos trabajando en eso. No estamos ni seguros de que esto haya
estado en contacto con los desaparecidos ya que todos los que hemos
estado en el caso, hemos estado en contacto con estas cosas y no
todos hemos desaparecido.
-Debería
ir a hacer un informe sobre este hallazgo y buscar alguna relación
entre eso y las desapariciones.
Johannes
se despidió del científico y volvió a la sala de descontaminación,
se cambió y subió a su despacho. Allí comenzó a redactar el
informe de lo que habían averiguado los científicos en su memoria
del caso.
Al
terminarlo y mandarlo, giró su silla hacia la ventana. Observando
como la luz de las grandes esferas que iluminaban las calles iba
sustituyendo a la luz natural. No acababa de comprender del todo el
caso, con esta nueva posible pista, se complicaba el caso hasta un
punto que no lograba comprender.