Cogito 14

Johannes se encontraba en su casa, sentado en un cómodo sillón unipersonal. Hacía días que el caso no daba nuevas pistas y los científicos no lograban identificar lo que fuese que vieron por el microscopio.

No paraba de pensar en pedir a Anne otra vez que se uniese a su caso, sabía que con ella todo sería mucho más rápido.

Johannes se levantó del sillón disponiéndose en ir a por algo de beber cuando recibió una llamada entrante. El científico jefe estaba en la pantalla alterado. Su expresión era de terror y excitación a la vez.

-¡Johannes, necesitamos que vengas ya, hemos descubierto algo asombroso!-

Tras las palabras del doctor la llamada se cortó. Johannes fue corriendo hacia la puerta y subió al tubo-transporte que quedaba en frente a su casa, marcando la dirección de la central de La Guardia.

Todo le resultó muy extraño una vez bajó al laboratorio, la entrada estaba cerrada y vigilada por dos agentes con trajes protectores. Al acercarse a ellos, le dieron el alto y le anunciaron que debía marcharse.

-Soy el inspector al cargo de las desapariciones de los científicos, se ha requerido mi presencia aquí.

Justo cuando estaba pronunciando estas palabras, salió por la puerta uno de los científicos.

-¡Inspector, póngase un traje protector rápido, le estamos esperando!

El científico le acompañó al área de desinfección, donde Johannes se puso el traje protector.

-¿para qué tanta protección?, ¿que habéis encontrado?-

-Creo que mis superiores quieren tener el placer de contárselo y mostrárselo- le respondió el científico.

Ambos volvieron a la puerta del laboratorio donde esta vez los guardias si les dejaron pasar. Dentro era todo aun más extraño, todo el mobiliario estaba cubierto por plásticos y el laboratorio separado por secciones con paredes y puertas del mismo material.

Al verle, el científico jefe se le acercó corriendo.


-¡Johannes tienes que ver esto!, ¿recuerdas lo que te mostré hace unos días que habíamos encontrado en los restos de las desapariciones?, pues creemos ya saber que es, o una aproximación, o por lo menos el motivo de las desapariciones.- Se notaba el entusiasmo del científico en su voz y en la velocidad con la que hablaba.