Traveler_0

Aquella mañana, Gerald, llegó a su puesto de trabajo en el laboratorio 5-1-00 de las instalaciones de la multinacional The Hive. Había sido uno de los primeros ingenieros en entrar en el proyecto Traveler_0, el cual había empezado 5 años atrás.
La empresa había creado el laboratorio de manera secreta y seleccionó a sus mejores trabajadores, los cuales habían firmado un contrato de confidencialidad, para crear una maquina del tiempo.
Los motivos que pudiese tener la empresa para esta investigación les eran desconocidos, pero a ninguno les importaba realmente ya que si lo conseguían pasarían a la historia.

Tras los dos primeros años de investigación y construcción de complejos mecanismos, comenzaron las pruebas con objetos inanimados como lápices, gomas ... los cuales acababan siempre carbonizados, hasta que un día a uno de los científicos se le ocurrió meter un pedazo de carne que le había sobrado de la comida. Así descubrieron que solo la materia orgánica podía viajar en su máquina.

Tras el descubrimiento, se comenzó a trabajar con pequeños roedores para perfeccionar la máquina y conocer como ajustar el tiempo de destino.También se comprobó que era imposible mandar algo atrás en el tiempo, o que en caso de ser posible, se teorizó que el sujeto de pruebas llegaría a una dimensión paralela ya que los intentos de hacerlo habían sido inconcluyentes. Las pruebas fueron progresivamente en aumento, desde mandar a los sujetos un minuto en el tiempo, a mandarlos unas horas, a unas semanas.

Tras el viaje, el equipo médico inspeccionaba a los animales para conocer su estado y en caso de algun problema, poder hacer ajustes en la maquinaria.
Gerald había sido el responsable de supervisar el proceso de construcción e incluso había sido él quien había conseguido materializar varias de las teorías de los científicos. Como un supresor temporal que aislaba la materia para comenzar el viaje, gracias a este invento, los animales no sufrían ningún daño y a nivel celular no pasaba el tiempo cuando llegaban de su viaje.

Cuando llegó a su mesa, encontró en ella un papel que le avisaba de una reunión en la sala de juntas, donde normalmente se ponían en común los avances de cada uno bisemanalmente y se asignaban las tareas. Esta nota le sorprendió pues no tocaba reunión hasta cinco días más tarde.

Al llegar a la sala la mitad de sus compañeros ya se encontraban allí y la otra mitad no tardó mucho en llegar. En el centro de la mesa, había una urna llena de papeles la cuál, Gerald, se quedó mirando con curiosidad mientras el jefe del proyecto comenzaba su discurso.

En resumen, habían alcanzado el punto de experimentar el viaje en un ser humano, y qué mejor sujeto de pruebas que alguien del equipo. Como era de esperar no hubo voluntarios, así que la urna estaba dispuesta para que quien le tocase el papel con una mancha negra en él, se presentase a ser el primer humano en viajar en el tiempo. Y esta persona no podía ser otra que Gerald.

Las siguientes semanas, el proyecto se centró en construir un receptáculo en el que cupiese un ser humano y pensando siempre en la comodidad de éste. Gerald estuvo exento del trabajo, pero siguió yendo a su puesto todos los días y supervisó todos los detalles.

Cuando el día llegó, no podía estar más nervioso, el equipo médico le dio unos calmantes para relajarle y que todo fuese más sencillo. Debido a la imposibilidad de transportar materia inerte, Gerald se vio obligado a desnudarse ya que no se conocían los efectos de viajar con algo puesto.

Se programó un viaje de 24 horas, y todos dieron su apoyo a Gerald antes de que este entrase en la máquina. Una vez dentro de ésta, un cristal le permitía ver el exterior y a sus colegas su cara.


Gerald vio como sus compañeros desaparecían en un pestañeo y el laboratorio quedaba vacío por la excepción de la máquina. Supuso que el viaje había terminado, el calmante aún le hacía efecto. Miró sin salir de la máquina el calendario electrónico de la pared, había pasado un día. Pero, ¿dónde estaban sus compañeros para recibirle?. Salió de la máquina y pasó a la sala principal. Notó el frío en su cuerpo desnudo, la sala estaba completamente patas arriba. En la pared de ésta, con lo que parecía sangre, estaba escrito “LO SENTIMOS”.