Al llegar al día siguiente a su
despacho, se encontró con que no le había sido dado permiso para
hablar con los aliens. Los motivos eran que solo unos pocos
científicos designados para tal propósito podían hablar con ellos, le
había sido dada la lista de estos científicos.
Unos mensajes más abajo le había
llegado un aviso urgente de ir al laboratorio, así que sin acabar de
leer el mensaje se apresuró a bajar.
En el laboratorio se encontró a la
gran mayoría de los científicos alrededor de una mesa de pruebas. Al
verlo el científico en jefe se acercó a él.
-Ha ocurrido una desgracia, uno de
nuestros miembros...- el científico hizo una larga pausa – Tiene
los mismos síntomas que los descritos por las familias de los demás
científicos-
-¡No puede ser!- Exclamo Johannes.
-Estamos haciéndole todo tipo de
pruebas y no acabamos de descubrir que puede ser-
-¿Habéis analizado la sangre?- se
apresuró a preguntar
-Lo primero, pero no parece haber nada
raro. Ahora mismo estábamos a punto de iniciar un escaner cerebral,
puedes quedarte si quieres-
Johannes se puso tras el cristal
protector mientras los científicos hacían su trabajo. Introdujeron a
su compañero en un tubo del tamaño de una persona, tras el cristal
un panel de control y unas cuantas pantallas hacían su trabajo.
Tras unos minutos uno de los científicos
señalando una parte de la pantalla exclamo:
-¿¡ Qué es eso!?-
Todos los científicos miraron hacia la
zona que señalaba. El científico que estaba a los controles hizo
zoom, una pequeña protuberancia salía un poco más de lo normal del
cerebro.
-Parece que para poder saber que es eso
vamos a tener que abrir- comento uno de los científicos
El científico en jefe llevo a parte a
Johannes.
-No creo que quieras ver un cerebro
humano, y tampoco es conveniente que estés en la operación. Cuando
saquemos eso, sea lo que sea, te mando un mensaje-
Johannes se encogió de hombros y se
despidió del científico. Volvió a su despacho donde se recostó a
dormitar en su silla.