Cogito 12

La respuesta no tardó en llegar, ninguno de los integrantes del equipo médico estaban dispuestos a hablar con él y se le denegaba una posible petición de orden de interrogatorio.


Mientras leía sorprendido este nuevo impedimento en su trabajo, le llegó un nuevo mensaje. Otro de los científicos del laboratorio de La Guardia había desaparecido.

Esta vez había sido en su casa, delante de su familia. Así que Johannes no tardó en desplazarse hasta allí.

Cuando llegó el equipo científico ya había identificado la sustancia, de la cual había bastante más que en los anteriores casos.

Antes que Johannes fuese a hablar con la familia, alguien que no reconocía del equipo científico (debía ser alguien nuevo para suplir la anterior baja), le aparto.

-Usted debe ser el inspector a cargo de la operación ¿no?-

-Así es – le contestó Johannes.

-Me han dicho que en cuanto acabe aquí se dirija al laboratorio, han encontrado algo que podría interesarle bastante-

Johannes le dio las gracias y se dirigió a hablar con la mujer del desaparecido.

Todo concordaba exactamente con las otras desapariciones, salvo que esta había sido más rápida. Todo parecía seguir un patrón en que el autor o autores eran cada vez más rápidos, o lo hacía el agente que afectaba a los científicos.

Johannes se dirigió al laboratorio como le habían indicado para ver que habían encontrado, esperaba que se tratase de algo que pudiese centrar mejor su investigación y ponerle tras la pista de alguien concreto a quien no pudiesen denegar el contacto y una posible detención.

Al llegar, el científico jefe le saludó, Johannes le dio el pésame por la desaparición de su colega y amigo. Ambos se dirigieron hacia un microscopio que el científico tenía preparado.

-Siéntate y observa – le indicó el científico a Johannes.

Johannes miró a través del microscopio y vio unos pequeños hilos moviéndose, muy lento, le costaba percibir su movimiento, pero claramente se estaban moviendo.