Cogito 7

Al llegar al día siguiente a su despacho, se encontró con que no le había sido dado permiso para hablar con los aliens. Los motivos eran que solo unos pocos científicos designados para tal propósito podían hablar con ellos, le había sido dada la lista de estos científicos.

Unos mensajes más abajo le había llegado un aviso urgente de ir al laboratorio, así que sin acabar de leer el mensaje se apresuró a bajar.

En el laboratorio se encontró a la gran mayoría de los científicos alrededor de una mesa de pruebas. Al verlo el científico en jefe se acercó a él.

-Ha ocurrido una desgracia, uno de nuestros miembros...- el científico hizo una larga pausa – Tiene los mismos síntomas que los descritos por las familias de los demás científicos-

-¡No puede ser!- Exclamo Johannes.

-Estamos haciéndole todo tipo de pruebas y no acabamos de descubrir que puede ser-

-¿Habéis analizado la sangre?- se apresuró a preguntar

-Lo primero, pero no parece haber nada raro. Ahora mismo estábamos a punto de iniciar un escaner cerebral, puedes quedarte si quieres-

Johannes se puso tras el cristal protector mientras los científicos hacían su trabajo. Introdujeron a su compañero en un tubo del tamaño de una persona, tras el cristal un panel de control y unas cuantas pantallas hacían su trabajo.

Tras unos minutos uno de los científicos señalando una parte de la pantalla exclamo:

-¿¡ Qué es eso!?-

Todos los científicos miraron hacia la zona que señalaba. El científico que estaba a los controles hizo zoom, una pequeña protuberancia salía un poco más de lo normal del cerebro.

-Parece que para poder saber que es eso vamos a tener que abrir- comento uno de los científicos

El científico en jefe llevo a parte a Johannes.

-No creo que quieras ver un cerebro humano, y tampoco es conveniente que estés en la operación. Cuando saquemos eso, sea lo que sea, te mando un mensaje-


Johannes se encogió de hombros y se despidió del científico. Volvió a su despacho donde se recostó a dormitar en su silla.