Cogito 8

El ruido de un nuevo mensaje entrante despertó a Johannes. Sobre su pantalla, un mensaje del profesor donde, con voz alterada, le insistía en que bajase cuanto antes al laboratorio.

Johannes salio corriendo de su despacho y bajo corriendo, al llegar todos los científicos estaban exaltados, revisando grabaciones y mirando datos en sus pantallas. Al verlo el científico jefe se acerco corriendo a él.

-¡Ha desaparecido!-

-¿Qué? - respondió Johannes perplejo.

-Mientras preparábamos la operación... ¡PUF! Se fue-

Johannes no entendía nada de lo que el profesor quería decirle.

-¿Qué ha desparecido?-

-¡Nuestro colega! , a quien estábamos a punto de operar, desapareció ante nuestras narices. Estamos revisionando las cintas una y otra vez y aun no sabemos que pasa.-

El científico acompañó a Johannes a uno de los monitores para que viese el acontecimiento. En él, centrado en la sala en una camilla el científico a operar, a su alrededor todos los demás preparando sus aparatos para la operación. Poco a poco, el científico de la camilla, va desvaneciéndose ante la mirada de los demás científicos.

Johannes vio la grabación varias veces desde diferentes puntos de la sala para ver si distinguía algo. Los sensores que en aquel entonces monitoreaban al científico no marcaron nada especial, salvo el de su actividad cerebral, el cual hacia un pico descendente dramático. Ningún científico sabia el significado de ese descenso.

Investigando la escena, se volvieron a encontrar los mismos restos que en las otras. Pero esta vez tenían las grabaciones, aunque a simple vista no se viese nada, seguramente en el laboratorio de imagen podrían sacar alguna pista imperceptible a ojos inexpertos.

Johannes corrió con una copia de las cámaras de seguridad del laboratorio al despacho del jefe de imagen. Al llegar éste ya estaba al corriente de lo sucedido, al igual que todo el mundo, así que no hizo falta explicar mucho. Todo el mundo pondría el mayor interés dado que se trataba de un compañero.

El jefe del departamento de imagen le dijo que volviese en un par de horas a ver lo que podían sacar.


Johannes volvió a su despacho a pedir de nuevo autorización para entrevistarse con los extraterrestres, ya que esta vez el asunto había llegado hasta la oficinas de la propia Guardia no creía que esta petición fuese rechazada de nuevo.