Cogito 1

Sobre la mesa había varios periódicos de varios días atrás, sobre ellos, apoyaba los pies, reclinado sobre la silla meditabundo. A su espalda, a la luz de las esferas, el continuo fluir de la gran capital.

Hacía meses que no le llegaba un caso, pero que se podía esperar de su sección.
Cuando ocurrió el primer contacto alienígena, se crearon en todos los cuerpos de seguridad, departamentos para los nuevos problemas que podría traer la convivencia con especies extraterrestres. Johannes se había presentado voluntario para formar parte del cuerpo de investigación de la nueva división de la Guardia.

Entre las carreras de montar a prisas el nuevo departamento junto a sus nuevos compañeros y lo pacífico de sus nuevos visitantes, hacía que no entrase un encargo por su puerta desde hace unos meses. Sin embargo presentía que tendría trabajo en breve.

Hacía unas semanas dos de los grandes científicos habían desaparecido sin dejar ningún indicio de su paradero. El gobierno había puesto todos sus efectivos en su busca, ya que al parecer ambos estaban trabajando en proyectos clasificados.

El periódico de hoy apuntaba que un nuevo científico había desaparecido en las mismas circunstancias y que las investigaciones no avanzaban.

Por la puerta de cristal traslúcido se adivinó una silueta y a continuación el timbre. Sin mediar palabra, Johannes pulsó el interruptor para abrir la puerta. Tras ella estaba el inspector jefe, entró pausadamente y tras el la puerta se cerró sola.

-Veo que estás muy ocupado, no creí que llegase a venir a este departamento.

-Iba a pasar antes o después – respondió Johannes bajando los pies de la mesa- Ambos sabemos que esos bichos no son de fiar.

-Aun no sabemos si esto tiene que ver con los alienígenas.

-Pero estas aquí a punto de mandarme a alguna misión.

-Nuestros agentes han encontrado algo en el caso de los científicos y el laboratorio ha dicho que no es de este planeta así que...

-Así que me toca trabajar.

El inspector sacó de su bolsillo una pantalla plegable y la puso sobre la mesa, Johannes la cogió y leyó los datos del laboratorio.

- Al ver esos datos el laboratorio ha interpretado que los visitantes están haciendo algo por nuestra zona así que ya que tenemos esta magnífica y productiva división- comentó con sarcasmo el inspector.

-Pues creo que es hora de ponerme en marcha. Tendré que hacer algo por fin.


El inspector se levantó y Johannes lo acompañó a la puerta.